Los HÁBITOS DE LARGA DURACIÓN son comportamientos o acciones que se imprimen en nuestras vidas diarias y a menudo se extienden durante largos períodos hasta que enfrentamos ciertas situaciones donde estamos obligados a reajustar nuestras actividades diarias.

Por ejemplo, cuando somos niños y vamos a la escuela, tenemos un horario específico a seguir. Por lo tanto, desarrollamos ciertos "hábitos", pero estos hábitos cambiarán una vez que nos mudemos de casa, vayamos a la universidad, comencemos un trabajo o quizás tengamos un bebé. Por supuesto, en situaciones como esta, no tenemos más opción que ajustar nuestros hábitos diarios para apoyar nuestro nuevo estilo de vida.

Los hábitos juegan una función significativa en dar forma a nuestras vidas y tienen el poder de transformarnos. Construir hábitos positivos es esencial para el éxito a largo plazo y el crecimiento personal, ya sea una rutina diaria matutina/nocturna, prácticas diarias de ejercicio o productividad constante. Proporcionan estructura y estabilidad, permitiéndonos progresar hacia nuestros objetivos y aspiraciones.

Participar consistentemente en hábitos positivos entrega un impulso positivo que nos ayudará a avanzar en la superación de obstáculos desafiantes.

Por otro lado, si enfrentas tu día a día con hábitos negativos, esto creará el efecto opuesto, alejándote más de tus sueños y objetivos y conformándote con una vida que no deseas tener.

Construir hábitos/rutinas de larga duración lleva mucho tiempo y paciencia, pero trabajar en tus creencias limitantes (discutidas anteriormente) y estar dispuesto a priorizar tus objetivos a largo plazo y bienestar te pondrá rápidamente en el camino hacia el éxito.

Construir y mantener hábitos es inestimable; te llevará automáticamente a una vida más plena y exitosa.